19 de Septiembre de 2008
Luis del Pino
Libertad Digital publicaba ayer la noticia de que Moutaz Almallah Dabas, que había sido extraditado desde Reino Unido por su presunta relación con el 11-M, ha sido puesto en libertad bajo fianza por el juez Velasco, que ha sustituido a Del Olmo al frente del Juzgado Central de Instrucción nº 6 de la Audiencia Nacional. En el mismo auto, el juez le procesa por posible colaboración con banda terrorista. La Fiscalía se había opuesto a ese procesamiento y pedía dejar en libertad sin cargos a Moutaz.
El auto del juez Velasco, que posiblemente no ha podido hacer otra cosa con los mimbres que tiene (porque había una acusación, la de Pilar Manjón, que solicitaba el procesamiento), refleja el berenjenal en que se ha sumido la versión oficial de los atentados: resulta que a Moutaz Almallah se le procesa por "colaboración" con banda terrorista usando una serie de indicios que ya han sido utilizados para enjuiciar a su hermano Mouhannad Almallah por "pertenencia" a banda terrorista. Y resulta que el Tribunal Supremo ha absuelto a Mouhannad de los delitos de que se le acusaba.
Entonces, podemos encontrarnos con la paradoja de que, siendo los indicios existentes válidos para los dos hermanos, a uno se le absolviera y a otro se le condenara. El juez Velasco trata de justificar esa contradicción señalando que a Mouhannad Almallah se le ha juzgado por un delito distinto del que ahora se acusa a Moutaz, porque "colaboración" no es lo que mismo que "pertenencia" a una banda terrorista. Técnicamente es cierto, pero entonces ¿no debería procesarse también a Mouhannad por "colaboración" con banda terrorista? Yo no sé si será jurídicamente posible utilizar un mismo conjunto de indicios para juzgar dos veces a una persona, acusándole cada vez de delitos diferentes, pero resulta chocante esa disparidad en el trato a los dos hermanos.
Hay un par de aspectos del auto del juez que llaman la atención. Por ejemplo, cuando dice que Moutaz Almallah huyó de España precipitadamente el 15/9/2003 tras la detención de la célula de Abu Dahdah, pero luego reconoce que Moutaz viajó a España tres veces: el 22/8/2004, el 3/9/2004 y el 6/9/2004. No debía de estar Moutaz muy huido cuando se paseaba por España como Pedro por su casa. (Por cierto: ¿por qué nadie le detuvo en ninguno de esos viajes que hizo a nuestro país después del 11-M?.)
Como tampoco tiene sentido que se diga en el auto, como indicio de criminalidad contra Moutaz, que Moutaz Almallah contactó personalmente el 25/8/2002 con Rabei Osman, El Egipcio, que es "uno de los dos que han reivindicado la autoría del atentado del 11-M". En el juicio celebrado en la Casa de Campo ha quedado ya claro que esa supuesta reivindicación es falsa, y esa es la razón de que se haya absuelto a El Egipcio de los cargos de autoría intelectual de la masacre. Por tanto, esa afirmación del auto es directamente incorrecta.
Aunque lo que más gracia me hace del auto es cuando, al hablar de cómo Moutaz repartía propaganda de grupos terroristas, afirma el juez que: "Incluso en un viaje de su hermano Mouhannad a Londres, le entregó un libro en castellano sobre el 11-M en el que aparecían ambos citados, guardándoselo". ¡Espero que el juez no esté incluyendo los libros sobre el 11-M dentro de la categoría de propaganda terrorista, porque, si no, creo que voy a tener que hablar con Casimiro García Abadillo para exiliarnos conjuntamente, antes de que nos procesen por incitación al yihadismo!
Bromas aparte, y dejando de lado esos errores menores que no van a ningún sitio, resulta muy de agradecer la celeridad que el juez Velasco parece estar imprimiendo a sus actuaciones. No hace falta mucho esfuerzo para imaginar el estado en que le habrá dejado el juzgado el juez Del Olmo.
Le deseamos suerte al nuevo titular del Juzgado Central de Instrucción nº 6. Desde luego, va a necesitar emplearse a fondo si quiere desbrozar las múltiples causas abiertas en relación con el 11-M y llegar a arrojar un poco de luz sobre algo que tanto se han empeñado en enmarañar algunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario