martes, 30 de septiembre de 2008

Fábrica de cerebros


30 de Septiembre de 2008

Luis del Pino El episodio de Leganés es un pozo sin fondo, una enorme chistera de la que puede sacarse cualquier cosa que se desee. Muchas veces nos hemos preguntado por qué se hizo la increíble chapuza de juntar en Leganés a tres grupos de personas que nada tenían que ver los unos con los otros: (1) el grupo de delincuentes formado por Jamal Ahmidan, los hermanos Oulad y Abdenabi Kounjaa; (2) el grupo de personajes vinculados a la C/ Virgen del Coro (Serhane Farket y Asrih Rifaat) y (3) el argelino Allekema Lamari. Unir en la tragedia final de Leganés a esos tres grupos tan dispares parece un contrasentido. Y, sin embargo, en contra de lo que a primera vista parece, tal vez no sea una chapuza.

Lo que permite esa inverosímil asociación de los tres grupos es, precisamente, desviar el foco hacia un lado o hacia otro, según vaya interesando o según vayan cayendo piezas de la historia. Si las investigaciones periodísticas ponen de manifiesto que es imposible que tal o cual presunto suicida fuera el cerebro de nada, se puede recurrir a alguno de los otros grupos para extraer candidatos.

Es lo que intenta la Fiscalía, como denuncia hoy El Mundo, en su memoria de actividades correspondiente al año 2007: rescatar a El Tunecino como autor intelectual o principal ideólogo de la masacre.

Obviemos el hecho de que, si la Fiscalía tuviera razón, la masacre de Madrid habría sido organizada por un sujeto que vivía de una sustanciosa beca concedida por el propio gobierno español a través de la Agencia Española de Cooperación Internacional (debe de ser que la costumbre española de financiar terroristas para que nos asesinen, como llevamos haciendo con ETA durante años, se ha trasladado a otros ámbitos ideológicos).

Lo importante no es la personalidad de El Tunecino, sino el hecho de que, de nuevo, se avecinen mutaciones en la versión oficial. A lo largo del tiempo, a la opinión pública española le han ido presentando distintos "cerebros" de la masacre, de manera sucesiva: Jamal Zougham; Jamal Ahmidan; El Tunecino; Mohamed El Egipcio; los hermanos Almallah; Mustafá Setmarian; los hermanos Chergui; otra vez Mohamed El Egipcio, junto con Yousef Belhadj y Hassan El Haski (cuando ya se acercaba el juicio); otra vez Jamal Ahmidan (cuando en el juicio se absolvió de la autoría intelectual a los anteriores); de nuevo El Tunecino...

El sólo hecho de que se hayan presentado tantos "cerebros" diferentes debería ser motivo de escándalo, porque indica, en el mejor de los casos, que no se sabe quién fue el cerebro; en el peor de los casos, lo que indica es la intención deliberada de confundir a la opinión pública. Calificar en estas condiciones el juicio del 11-M, como ayer hizo Conde-Pumpido, de "triunfo rotundo del Estado de Derecho", no es otra cosa que una broma siniestra para con las víctimas del atentado, de quienes la Justicia lleva cuatro años riéndose.

Pero la cuestión que querría plantear es la siguiente: ¿a qué se debe ese último cambio de foco ahora? ¿Por qué se rescata a El Tunecino de nuevo? ¿Qué tecla se ha tocado para que, de repente, vuelva a centrarse en Serhane Farket la responsabilidad de los hechos?

Como me decía ayer un buen amigo, da toda la sensación de que alguien ha tirado de un lado de la cuerda bastante más de lo debido. Y estamos asistiendo a las consecuencias de ese desequilibrio.

Algunos enlaces

QSVTV ha lanzado un nuevo vídeo, excelente, sobre los hechos de Leganés. Os recomiendo que lo veáis, y que lo compartáis con vuestros conocidos: El teatro de Leganés.

Un interesante artículo de Ramón Pi en Diario del Siglo XXI, en el que reflexiona sobre la "losa de silencio" impuesta al 11-M, además de sobre otros asuntos de actualidad: Asuntos pendientes.

Y otro artículo, esta vez de Joan Valls en Libertad Digital, en el que se reclama (en mi opinión, con toda la razón del mundo) que quienes pueden aportar algo de luz al 11-M lo hagan ya, sin más dilaciones: Léame sus papeles del CNI, don José María.

ATC Journal. ¡Llevamos la información!

lunes, 29 de septiembre de 2008

Entrevista a Almallah

29 de Septiembre de 2008

Luis del Pino
Muy interesante la entrevista a Mouhannad Almallah que hoy publica Antonio Rubio en El Mundo. Tanto lo que dice, como lo que deja caer entre líneas, nos permite plantear una serie de preguntas que siguen sin responderse después de terminado el primer juicio del 11-M.

Afirma Almallah, para empezar, que los muertos de Leganés no tenían capacidad técnica para llevar a cabo el atentado. Nada más cierto. Uno de los argumentos más sonrojantes que se han utilizado para negar la participación de ETA en la masacre del 11-M es que "ETA estaba demasiado débil para cometer un atentado así". Y, sin embargo, los mismos que exculpan a ETA con ese argumento no tienen empacho en sostener que quien sí que tenía la capacidad de perpetrar la matanza es una panda de delincuentes comunes, que nunca habían puesto un petardo en un cajero. ¿Quién cometió realmente el atentado? ¿Quién tenía realmente la capacidad técnica, los recursos y la sangre fría necesarios para preparar y colocar los artefactos destinados a matar a 200 personas?

Insinúa a continuación Almallah que, entre los que se sentaron en el banquillo de la Casa de Campo, no sólo Antonio Toro, Emilio Suárez Trashorras y Rafá Zouhier colaboraban con la Policía. Según él, también había otros. En ese sentido, cabe recordar las sospechas de colaboración con nuestros propios servicios de información que recaen sobre El Dinamita, sobre Otman El Gnaoui, sobre Abdelmahid Bouchar, sobre Mohamed El Egipcio y, para qué nos vamos a andar con tonterías, sobre el propio Almallah. ¿Cuántos de los 29 imputados eran confidentes, colaboradores o incluso miembros de nuestros propios servicios de información? No lo sabemos, pero lo que está claro es que varios de los personajes clave, de los elementos centrales de la trama, "eran de los nuestros". ¿Cuál fue su papel en todo el asunto? ¿Se prestaron voluntariamente a construir, después del 11-M, una falsa trama islamista a la que responsabilizar del atentado? ¿O ayudaron antes del 11-M, voluntaria o involuntariamente, a tejer las cortinas de humo que luego haría falta utilizar?

Sobre El Chino, Almallah afirma que "podía estar conectado o dirigido por la propia Policía", según lo que otros acusados le dijeron. Ya hemos publicado en Libertad Digital, a este respecto, los datos que demuestran que, si no El Chino, al menos su supuesta familia española sí que colaboraba con los servicios policiales. ¿En qué consistió, entonces, el papel desempeñado por esa familia española de uno de los presuntos suicidas de Leganés? ¿A qué se deben las numerosísimas contradicciones existentes en torno a la figura de ese presunto suicida?

Señala Almallah, hablando precisamente de los muertos de Leganés, que no tiene ningún sentido que esos "peligrosos islamistas" se suicidaran en aquel piso rodeado por la Policía, después de esperar "amablemente" a que se desalojaran ocho bloques de viviendas. Por supuesto que no tiene ningún sentido. Como tampoco lo tiene el que se falsificara la carta de despedida de uno de esos suicidas, que se falsificaran las llamadas telefónicas con las que nos dicen que esos presuntos suicidas se despidieron de sus familias o que se falsificaran los faxes amenazantes enviados a Telemadrid y ABC en nombre de esos presuntos suicidas. Al igual que carece por completo de sentido que, entre los libros coránicos que aparecieron en el piso, se encontraran varios libros chiíes, cuando todos los muertos de ese piso pertenecían a otra rama del Islam: la sunní. Almallah no lo pregunta expresamente, pero yo sí lo voy a hacer: ¿quién organizó el teatro de Leganés para intentar convencernos de las intenciones suicidas de los allí encerrados?

Dice también en la entrevista que la Policía intentó convencerle de que incriminara a Zougham, declarando que Jamal Zougham y El Tunecino estaban relacionados. Llega a afirmar Almallah, explícitamente, que un Policía le dijo, ante sus reticencias, que "el falso testimonio no es delito". Se trata de una imputación gravísima y el nuevo juez encargado del caso del 11-M debería tomar cartas en el asunto, porque esa afirmación implica que alguien, desde nuestra propia Policía, pretendió orientar un testimonio para incriminar a un acusado, a sabiendas de que lo que se pedía que se declarara era falso. Que existía la necesidad de incriminar a Zougham por cualquier medio está claro: ¿cómo justificar ante la opinión pública que todos los detenidos del 13-M fueran puestos en libertad? Pero eso hace aumentar las sospechas sobre los contradictorios testimonios oculares que sitúan a Jamal Zougham en los trenes y que son lo único en lo que se ha basado su condena. ¿Alguien pidió explícitamente a alguno de esos testigos de los trenes, como sucedió con Almallah, que incriminara a Jamal Zougham?...

ATC Journal. ¡Llevamos la información!

Uno de los absueltos por el 11-M duda de que los de Leganés organizaran los atentados

EL TUNECINO "ERA INCAPAZ DE UNIR DOS CABLES"
Mouhannah Almallah es uno de los absueltos en segunda instancia de los atentados del 11-M. Este lunes señala en una entrevista en el diario El Mundo que El Tunecino –de quien dice "no sabía ni unir dos cables"– y los de Leganés "no tenían capacidad técnica" para un atentado que "está más cerca de los delincuentes que de los musulmanes". Además, cree que los confidentes –como Suárez Trashorras y Toro– y sus controladores saben mucho más de lo que han dicho.
Luis del Pino: Entrevista con Almallah

(Libertad Digital) En una entrevista realizada por Antonio Rubio, Almallah admite que conoció a El Tunecino y le califica como "un demonio" y "un extremista" pero aclara que "era incapaz de unir dos cables" y que "era inútil para ese tipo de cosas". "A mi me llamaba para arreglar sus electrodomésticos y hasta para reparar un grifo", apunta. Por eso, dice que "no creo que fuera él ni los de Leganés".
Sobre los confidentes, el absuelto señala que Antonio Toro era el "más listo de todos los confidentes" y que "Emilio Suárez nos dijo durante el juicio que él saldría absuelto y que los moros nos comeríamos la condena. Almallah cree que los confidentes y sus propios controladores no han dicho todo lo que saben duranmte el juicio.
Dice que a muchos de los acusados por los atentados les extrañó que los terroristas de Leganés "murieran sin hacer daño a nadie" ya que "los auténticos yihadistas o terroristas siempre intentan llevarse a sus enemigos por delante. Es decir, hacer todo el daño que puedan". Por eso aclara que "si es verdad que los que estaban en el piso de Leganés eran los autores del 11-M y mataron a 192 personas, cómo es posible que, unos días después se convirtieran en terroristas amables y esperaran a que todo el edificio estuviera desalojado para luego suicidarse. Eso no tiene sentido ni explicación".
Sobre algunos informes falsos
También se refirió a un informe de la Policía del 21 de marzo de 2005 en el que se apuntaba a los hermanos Almallah como piezas clave para cometer los atentados, algo que fue reproducido en su momento por El País: "Yo he buscado ese informe en el sumario y no lo he encontrado". Apunta que "el juez Del Olmo no comprobaba nada de lo que le daba la Policía, sólo quería saber si rezábamos, si íbamos a la mezquita o si teníamos barba".
Aclara también que durante el mes de marzo de 2004 no estuvo en paradero desconocido tal y como señaló la Policía a Del Olmo: "Ese informe policial es para reírse". Agrega que "estuve atendiendo a mis clientes y, además, la mayoría de ellos eran españoles. Por ejemplo, atendí a Carmen Franco, la nieta del mismísimo Francisco Franco, y a un teniente coronel. Pero hay más. Recuerdo que el mismo día 11 llevé a mis hijos al colegio y uno de sus profesores me preguntó si había escuchado el atentado que había cometido ETA en Atocha".
Después de todo el proceso, se ve a él y a su familia como "la otra cara de las víctimas del terrorismo". Cuenta que ha perdido su trabajo además de "mi reputación y todavía algunos vecinos me miran con mala cara".
Afiliación al PSOE
Almallah también se refiere en la entrevista a su afiliación al PSOE. Dice que "el presidente de la Asociación de Musulmanes de Madrid un día nos dijo que teníamos que integrarnos en la sociedad y afiliarnos, y yo lo hice en el distrito de San Blas" ya que "mis padres, que eran abogado y profesora, siempre han sido socialistas, y yo también. Siempre he votado a los socialistas y en marzo de 2004 también"...

ATC Journal. ¡Llevamos la información!

jueves, 25 de septiembre de 2008

5. Las miguitas de Pulgarcito

Luis del Pino

¿quién movía los hilos de esos mercenarios que encontramos al final del camino de baldosas amarillas? ¿Quién dispuso ese camino para que lo siguiera una opinión pública crédula y anonadada?
LOS ENIGMAS DEL 11-M
Uno de los enigmas más extraños del 11-M era, hasta ahora, el relativo a la misteriosa aparición de una mochila-bomba en Vallecas en la madrugada del 12 de marzo. ¿Cómo llegó hasta aquella comisaría de Vallecas esa providencial mochila, que conduciría con sorprendente rapidez a la detención de los pelanas de Lavapiés en plena jornada de reflexión? Hasta el momento, nadie se había dignado a explicar a los españoles las circunstancias completas de la aparición de aquella mochila, pero la desclasificación del sumario por parte del juez Del Olmo nos permite por fin ir entreviendo la respuesta a éste y otros enigmas. Hablaremos en el artículo de cuál es el supuesto trayecto que pudo haber seguido esa mochila, pero lo malo es que el aclarar ese enigma tan sólo nos sirve para que se nos planteen otros muchos enigmas nuevos y, quizá, más inquietantes.
Sigue el camino de baldosas amarillas
Fue nuestro admirado Fernando Múgica el que destapó la caja de Pandora de las dudas en su primer artículo sobre los agujeros negros del 11-M. En aquel texto, Múgica ponía blanco sobre negro unas preguntas que muchos millones de españoles llevaban planteándose en silencio desde el mismo día de los atentados. Las "miguitas de Pulgarcito", como Múgica las bautizó, eran demasiado grandes y llamativas como para ignorarlas.
Entre el 11 y el 14 de marzo, muchos ciudadanos tuvieron la sensación de estar asistiendo a una farsa, a la escenificación coreográfica de un guión previamente ensayado, que conducía inevitablemente en una sola dirección: el día 11, la furgoneta de Alcalá con su famosa cinta coránica; el día 12, la milagrosa mochila de Vallecas; el día 13, las detenciones y la cinta de reivindicación. La cronometrada secuencia de aparición de las "pruebas", su carácter marcadamente teatral y la falta de explicaciones claras sobre las extrañas circunstancias en que esas pruebas habían aparecido hicieron sospechar a muchos españoles que alguien nos estaba "vendiendo la moto", que toda aquella acumulación de sorprendentes pruebas no era más que el camino de baldosas amarillas que la opinión pública tenía que seguir para terminar encontrando a un Ben Laden tan falso como el Mago de Oz.
La furgoneta de Alcalá
Son numerosos los datos del sumario que apuntan a que la furgoneta no fue abandonada por los terroristas que colocaron las mochilas, como hasta ahora nos habían hecho creer.
En primer lugar, los testigos oculares. El portero de Alcalá, en su primera declaración ante la Policía, dijo que las personas que vio tapadas con bufandas y gorros aquella mañana le habían parecido europeos del este; por su parte, una empleada de las taquillas de la estación de Alcalá estuvo hablando con uno de los presuntos terroristas, que estaba tapado con pasamontañas y bufanda y que hablaba "en español con acento de español". En lo que coinciden las dos declaraciones es en que el comportamiento de esos presuntos terroristas llamaba la atención. Es como si buscaran que las miradas se dirigieran hacia aquella furgoneta. Resulta difícil de explicar que a nadie se le ocurriera citar, para que compareciera ante la Comisión 11-M, a esa taquillera de Alcalá que es la única persona que habló el día de los atentados con uno de los supuestos terroristas.
También resulta curiosa la ausencia de huellas. Las únicas dos huellas dactilares de un presunto terrorista que aparecieron no estaban en la propia furgoneta, sino en la bolsa con detonadores que había debajo del asiento. Sin embargo, esos terroristas que evitan tan cuidadosamente dejar huellas en el volante, en la puerta, en el salpicadero e incluso en la famosa cinta coránica (lo que indica que probablemente utilizaron guantes), se dejan abandonadas en la parte de atrás numerosas prendas de ropa con su ADN. ¿Alguien tiene alguna explicación racional?
Otro de los problemas que más quebraderos de cabeza le ha dado al juez Del Olmo es la cuestión de las llaves. La furgoneta apareció perfectamente cerrada, sin ningún signo de violencia, lo que quiere decir que se usaron llaves para abrirla y cerrarla. ¿De dónde sacaron las llaves los terroristas? Según declaró el propietario de la furgoneta, un ebanista jubilado, le había desaparecido un manojo de llaves ocho meses antes de los atentados. Pero resulta bastante extraño que unos terroristas que adquieren los explosivos y los teléfonos a escasos días del 11-M tengan la previsión de robar un manojo de llaves con ocho meses de antelación. A esto se suma otro dato inexplicable: hicieron falta al menos doce terroristas para colocar las doce mochilas, así que tendrían que haber aparecido al menos dos vehículos más abandonados. ¿Dónde están esos vehículos? Tres meses después de los atentados, apareció un Skoda Fabia en Alcalá, de nuevo sin huellas dactilares y lleno de prendas de ropa de los terroristas. Pero el problema es que ese Skoda no estaba allí el 11 de marzo, según publicó El Mundo. Entonces, ¿quién lo depositó en Alcalá con posterioridad a los atentados, y con qué objeto?
La matrícula no doblada es otro de los misterios. Los mercenarios implicados en la trama del 11-M se dedicaban, entre otras cosas, a la compraventa de vehículos robados, y a todos les doblaban sistemáticamente las matrículas. Resulta incomprensible que no doblaran la matrícula del único vehículo que no podían permitirse que les interceptaran: aquél en que tenían que trasladar los explosivos desde Morata hasta Alcalá.
Tampoco se comprende la existencia de la bolsa con detonadores. Se ha podido demostrar (gracias al análisis del cuentakilómetros) que la furgoneta de Alcalá no fue utilizada para traer los explosivos desde Burgos, como en un primer momento se nos había dicho. Los explosivos llegaron a Morata en otros vehículos y en Morata se montaron (supuestamente) las mochilas-bomba. Después, las mochilas se cargaron en la furgoneta y se llevaron hasta Alcalá. Entonces, ¿por qué aparece en la furgoneta una bolsa con detonadores y un poco de explosivo? No tenían ninguna necesidad de meterla allí, puesto que las bombas ya estaban montadas. Lo cual nos indica que esa bolsa fue colocada allí con el único propósito de que fuera encontrada. De todos modos, ¿cómo es posible que el perro que entró en la furgoneta no detectara esa pequeña cantidad de explosivos que había junto a los detonadores? Como dato curioso, a Alcalá acudieron dos policías con sus perros. Uno de ellos entró en la furgoneta, mientras que el otro permaneció alejado de la misma. ¿Adivinan Vds. a cuál de los dos policías se llamó a declarar a la Comisión 11-M? ¡Exacto! ¡Se llamó a declarar al policía que NO había entrado en la furgoneta!
Todos estos extremos no hacen sino confirmar algo que, en el fondo, es de sentido común. El carácter teatral de la furgoneta es excesivo como para que lo pueda admitir nadie con un mínimo de sensibilidad crítica: unos personajes "disfrazados de malos" para atraer la atención sobre la furgoneta, un poquito de explosivo para que se sepa que está relacionada con el atentado y una cinta coránica para que todos nos imaginemos de inmediato al mismísimo Ben Laden ordenando a sus huestes subir a la furgoneta. Es casi demasiado obvio.
La mochila de Vallecas
Tampoco la mochila de Vallecas resiste el más mínimo análisis. Resulta enormemente dudoso que esa mochila fuera confeccionada o depositada por los terroristas. En primer lugar, la composición de la mochila no coincide con la de la única otra mochila de los trenes de cuyo contenido hemos tenido noticia: la que encontró el policía municipal Jacobo Barrero en la estación de El Pozo y que los Tedax hicieron detonar a las 9:30 del día 11 de marzo. Jacobo Barrero vio en aquella mochila un teléfono móvil con unos cables conectados a una tartera donde se encontraba el explosivo. Sin embargo, la mochila de Vallecas tenía el explosivo alojado en una bolsa de plástico, no en una tartera. Asimismo, la cantidad de explosivo en uno y otro caso era diferente.
La ausencia de rastros de ADN también resulta curiosa. En el explosivo del artefacto encontrado en las vías del AVE unas semanas después del 11-M se pudo localizar el ADN de uno de los terroristas, lo que indica que el explosivo fue amasado con las manos desnudas. Sin embargo, la persona que amasó el explosivo de la mochila de Vallecas debió de utilizar guantes (como la persona que conducía la furgoneta de Alcalá), porque no aparecen rastros de ADN en la Goma-2.
En tercer lugar, la hora a la que estaba programado el teléfono de la mochila de Vallecas no era tampoco correcta. En todas las estaciones, los distintos artefactos explosivos estaban programados para activarse a la misma hora, y todos lo hicieron con diferencias máximas de unas pocas decenas de segundos. En la estación de El Pozo (de donde provenía supuestamente la mochila de Vallecas), las dos bombas que estallaron lo hicieron a las 7:38. Sin embargo, la mochila de Vallecas estaba programada para dos minutos después, a las 7:40. No hay una explicación lógica para esta diferencia, a menos que la mochila de Vallecas no fuera preparada por las mismas manos que las que estallaron en los trenes.
Pero quizá lo que más nos convence del carácter espurio de la mochila es que estaba preparada para no explotar. Durante cuatro meses, el jefe de los Tedax estuvo mareando al juez Del Olmo, proporcionándole explicaciones a cual más absurda sobre los motivos por los que la mochila no había explosionado. Pero lo cierto es que no explotó simplemente porque había dos cables desconectados: ni siquiera se usó un poquito de cinta aislante para poder dar el pego. Y el jefe de los Tedax sabía desde la misma madrugada del 12 de marzo que éste era el motivo por el que la mochila no había explotado.
Finalmente, no se entiende cómo es posible que esa mochila no fuera detectada por nadie durante todo el día 11. En la estación de El Pozo, los Tedax revisaron uno por uno los bultos, y cabe suponer que lo hicieron con especial cuidado, porque precisamente en esa estación acababan de desactivar otra mochila-bomba (la que encontró Jacobo Barrero). ¿Cómo es posible que una mochila que pesaba unos quince kilos no llamara la atención de nadie ni fuera revisada en la estación, ni tampoco posteriormente? En realidad, teniendo en cuenta que el juez Del Olmo había dado orden de trasladar a IFEMA todos los efectos recogidos en las estaciones, ¿cómo es posible que la mochila llegara desde la estación de El Pozo hasta la comisaría de Puente de Vallecas?
El viaje a ninguna parte
El extraño viaje de la mochila se inicia en la estación de El Pozo a las 15:15 de aquel 11 de marzo, cuando agentes de la Policía comienzan a cargar en una furgoneta las bolsas con los efectos recogidos en la estación. Inicialmente, y a pesar de que las instrucciones de Del Olmo eran llevar todos los objetos al pabellón 6 de IFEMA (los recintos feriales de Madrid), los agentes reciben la orden de dirigirse con esas bolsas a la comisaría de Villa de Vallecas (que es distinta de la de Puente de Vallecas donde luego apareció la mochila).
Los agentes llegaron a la comisaría en torno a las 15:30 y comenzaron a descargar las bolsas, pero llevaban descargadas tres o cuatro cuando les dicen que hay que llevar todo a IFEMA, tal como se estaba haciendo con los objetos recogidos en las otras estaciones. Primera contraorden, que está en línea con lo que Del Olmo había dictado.
Los agentes se dirigen, por tanto, a IFEMA, donde descargan las bolsas y las marcan como provenientes de la estación de El Pozo. Después, vuelven a la estación para cargar la siguiente tanda. Se encontraban trasladando a los recintos feriales esa segunda carga de objetos cuando se reciben instrucciones para llevarlo todo a la comisaría de Puente de Vallecas. Segunda contraorden, pero esta vez contraviniendo claramente las instrucciones del juez. ¿Por qué se da la orden de llevar esos objetos a otro sitio?
Al recibir las nuevas órdenes, los agentes dan la vuelta y llevan ese segundo cargamento a la comisaría, realizando después varios viajes entre la comisaría y la estación, para terminar de trasladar todos los objetos. Pero la primera tanda de bolsas se había quedado depositada en IFEMA, así que en torno a las 20:00 se recibe la orden de trasladarse en dos furgonetas combi a los recintos feriales para recoger lo que allí habían depositado. Ante la negativa del encargado a entregarles los objetos (porque las órdenes de Del Olmo eran llevar todo a IFEMA), los agentes tuvieron que solicitar a su comisario que interviniera en la cuestión. Finalmente, aquella primera tanda de bolsas llegaría a la comisaría de Puente de Vallecas en torno a las 21:45, después de haber pasado todo el día en IFEMA.
¿Y cuál era el motivo alegado para trasladar todo a la comisaría? Pues realizar una catalogación de los objetos... ¡antes de trasladarlos a IFEMA! Realmente peculiar. Es mientras están haciendo esa catalogación, en torno a la 1:30 o 2:00 de la madrugada, cuando dos agentes de la comisaría descubren la bomba al abrir la famosa mochila viajera. Hasta aquí, el relato de los hechos tal como aparece en el sumario.
¿Quién dio las órdenes y contraórdenes para el traslado de los efectos de la estación de El Pozo? ¿A qué obedecía ese sorprendente interés en catalogar los objetos en la comisaría de Puente de Vallecas?
Como el lector habrá observado, la famosa mochila no aparece por ninguna parte en el relato de los hechos, porque lo único que llegan a ver los policías encargados del traslado son las bolsas donde están metidos todos los objetos. Hemos de suponer que la mochila estuviera metida en una de aquellas bolsas que se pasearon por Madrid a lo largo del día 11, pero la secuencia de acontecimientos no contribuye a tranquilizarnos, ni nos convence de que aquella mochila hubiera estado alguna vez en los trenes.
Conclusiones
Decíamos en el artículo anterior que la diferencia de composición química entre los explosivos hallados en la furgoneta de Alcalá y los de la mochila de Vallecas sugerían que una de las dos pistas era un señuelo. En realidad, a la vista de los indicios enumerados en este artículo, hay bastantes probabilidades de que lo fueran las dos: ni está claro que la furgoneta de Alcalá fuera utilizada por los terroristas, ni tampoco parece que la mochila de Vallecas fuera depositada por ellos en los trenes.
Quizá si la actuación de determinados poderes públicos no hubiera sido tan opaca, podríamos sentirnos tentados de achacar todos los puntos oscuros a meras casualidades sin importancia, pero han sido tantas las ocultaciones y las manipulaciones que uno no puede evitar sentir una cierta intranquilidad.
Nadie miente a un juez, ni engaña a una comisión parlamentaria, ni oculta datos a la opinión pública por simple deporte. Si todo lo relativo a esas pistas apoyara claramente la versión oficial, ¿qué motivo había para ocultar al juez durante cuatro meses que la mochila tenía dos cables sueltos? ¿Qué motivo había para manipular los análisis químicos que revelaban diferencias entre el explosivo de Vallecas y el de Alcalá? ¿Qué motivo había para llevar a declarar a la Comisión 11-M al policía que NO había entrado con su perro a inspeccionar la furgoneta, en lugar de llamar al que SÍ había entrado? ¿Qué motivo había para no citar ante la Comisión 11-M a la taquillera que habló "en español con acento de español" con el supuesto terrorista de la furgoneta? ¿Qué motivo había para hacer peregrinar la mochila de Vallecas por medio Madrid? ¿Qué motivo había para no explicar con pelos y señales a la opinión pública todo lo relativo a esas increíbles pistas sobre las que luego se ha pretendido fundamentar todo el caso?
Tanto la furgoneta como la mochila jugaron un importante papel en la secuencia de acontecimientos que grabó a fuego en la opinión pública la tesis de la autoría islámica y de la inocencia de ETA. Aquellas dos pistas condujeron también a las cabezas de turco que serían detenidas en plena jornada de reflexión y, a más largo plazo, llevaron a la Policía hasta la trama mercenaria del 11-M.
En la película de El Mago de Oz, Dorothy y sus amigos alcanzan el final del camino de baldosas amarillas tan sólo para descubrir que el Mago no es otra cosa que un títere grande y complejo, cuyos hilos mueve un hombrecillo tan poco dotado de poderes mágicos como cualquiera de los restantes mortales.
En el tema del 11-M, ¿quién movía los hilos de esos mercenarios que encontramos al final del camino de baldosas amarillas? ¿Quién dispuso ese camino para que lo siguiera una opinión pública crédula y anonadada? Desde luego, no fueron los propios mercenarios quienes decidieron dejar allí las pistas que condujeran finalmente a su identificación. Si por algo se caracterizan los mercenarios es por la desagradable costumbre de querer disfrutar, vivos y en libertad, del dinero cobrado por sus crímenes.
En el próximo capítulo: Las primeras detenciones

4. Una impúdica cadena de mentiras

Luis del Pino

"...hasta el momento no habíamos podido acreditar de manera tan palmaria una cadena tan estructurada de mentiras como la que este artículo pone de manifiesto."

LOS ENIGMAS DEL 11-M

El sumario del 11-M pone de manifiesto que el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, manipuló los análisis que la Policía Científica realizó a los explosivos inmediatamente después de los atentados. La manipulación tenía por objeto ocultar que el explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá y el encontrado en la mochila de Vallecas no coincidían.
Mientras que la mochila de Vallecas sólo contenía Goma-2 ECO pura, el fragmento de explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá contenía también METENAMINA, que es un componente utilizado en ciertos explosivos de tipo militar, como por ejemplo el T-4 (ciclonita). El engaño fue destapado por la Guardia Civil un año después de la masacre, aunque hasta ahora no había trascendido a la opinión pública.
La ocultación
Existen muchos tipos distintos de dinamita, como por ejemplo Titadyne o Goma-2. Existen también varios subtipos de Goma-2 diferentes, uno de los cuales es la famosa Goma-2 ECO. Todos los tipos y subtipos de dinamita se diferencian por su composición química. En concreto, la Goma-2 ECO se fabrica utilizando cinco componentes: nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico.
Nada más producirse los atentados, se pusieron en marcha los distintos servicios policiales para tratar de esclarecer lo sucedido, entre ellos el servicio de Policía Científica, que se encargó de realizar el análisis químico de los explosivos encontrados. Tras la localización de una milagrosa mochila en Vallecas, la Policía Científica se encontró con la tarea de analizar y comparar tres muestras distintas:
1. Los restos de explosivo que habían sido localizados en la furgoneta de Alcalá.
2. El explosivo encontrado en la mochila de Vallecas.
3. La muestra de Goma-2 ECO que los Tedax entregaron como "muestra patrón".
Antes de que finalizaran esos análisis, el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, circuló un informe preliminar con fecha 12 de marzo en el que afirmaba textualmente: "En las pruebas analíticas, aún no finalizadas, los resultados obtenidos hasta el momento confirman que [el explosivo de Vallecas] se trata de la misma sustancia que la hallada en la furgoneta Renault ya mencionada, que a su vez se corresponde con la muestra patrón de dinamita Goma-2 ECO". Es decir, las pruebas no han finalizado aún, pero Sánchez Manzano se atreve a asegurar el 12 de marzo que las tres muestras son iguales y que además se trata de Goma-2 ECO.
Debía de tener mucha prisa el jefe de los Tedax, porque le hubiera bastado esperar unas pocas horas para conocer el informe que la Policía Científica emitió ese mismo día, y cuyas conclusiones no confirmaban precisamente lo que Sánchez Manzano había predicho.
El análisis realizado indicaba, efectivamente, que la mochila de Vallecas sólo contenía Goma-2 ECO. Sin embargo, tanto el explosivo de la furgoneta de Alcalá como la "muestra patrón" contenían METENAMINA además de los componentes normales de la Goma-2 ECO.
La importancia de ese hallazgo era tremenda:
1. En primer lugar, la METENAMINA no es un componente de la Goma-2 ECO, pero sí de ciertos explosivos de tipo militar (como por ejemplo la ciclonita, también llamada hexógeno, RDX o T-4), lo que apuntaba a que se hubiera podido utilizar una mezcla de explosivos en el 11-M.
2. En segundo lugar, los análisis demostraban que el explosivo de la mochila de Vallecas tenía diferencias con respecto al encontrado en la furgoneta de Alcalá, lo que viene a confirmar definitivamente las sospechas sobre el origen de la milagrosa mochila y sobre toda la cadena de investigaciones a que condujo su providencial hallazgo.
3. En tercer lugar, un hecho inexplicable: la presencia de METENAMINA en el fragmento que los Tedax entregaron como "muestra patrón" de Goma-2 ECO apunta a la posibilidad de que lo que fuera entregado para el análisis fueran dos fragmentos del mismo explosivo encontrado en la furgoneta, y no una verdadera muestra patrón.
En su informe 173-Q2-04 de 12 de marzo la Policía Científica refleja de forma clara y explícita la diferencia entre las tres muestras, indicando que las tres muestras son coincidentes "excepto en lo concerniente a la METENAMINA", que no aparece en el análisis efectuado al explosivo de la mochila de Vallecas. Estos resultados de los análisis fueron cuidadosamente ocultados a una opinión pública que tenía que enfrentarse, dos días después, a una crucial cita electoral.
Mochila encontrada en el tren que hizo explosión en la estación de El PozoLa manipulación
Pero a quien no podía dejarse de informar es al juez, y a partir de este momento comienza la cadena de manipulaciones. En el informe remitido al juez por Sánchez Manzano el 16 de marzo el jefe de los Tedax afirmaba que el explosivo de la furgoneta, el explosivo de Vallecas y la muestra patrón de Goma-2 ECO son iguales, y enumera los componentes para el juez: nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo, METENAMINA y carbonato cálcico. En otras palabras, Sánchez Manzano le añade por su cuenta al explosivo de Vallecas la METENAMINA que le faltaba.
Con ese informe, Sánchez Manzano efectúa una doble manipulación: por un lado, le oculta al juez que la Policía Científica había encontrado diferencias entre las muestras, mientras que por otro le hace creer a Del Olmo que la METENAMINA es un componente de la Goma-2 ECO, con lo que se evitaban incómodas preguntas sobre posibles explosivos de tipo militar.
Gracias a esa doble manipulación, la verdad oficial fue convenientemente apuntalada ante la opinión pública y ante el juez. A partir de ese momento, todo el mundo daría ya por supuesto que el explosivo utilizado en los atentados era Goma-2 ECO. De hecho, los informes posteriores de Sánchez Manzano al juez ya sólo mencionan el nombre de dicho subtipo de dinamita, sin entrar en peligrosas explicaciones sobre la composición química de las muestras encontradas en la mochila y en la furgoneta.
La huida hacia adelante
Esta manipulación tenía que terminar por descubrirse antes o después, y así fue, aunque para ello tuvo que transcurrir un año. La primera señal de alarma saltaría en enero de 2005, al recibir el juez un informe de la Guardia Civil relativo a una serie de cartuchos de dinamita recogidos en Asturias. El análisis de los cartuchos de Goma-2 ECO arrojaba la presencia de los cinco productos normales que componen dicho explosivo. Por supuesto, no aparecía la METENAMINA por ninguna parte.
Para remachar la jugada, el juez Del Olmo recibía el 21 de marzo de 2005 un informe elaborado por la Comandancia de Toledo de la Guardia Civil, encargada de investigar el atentado fallido en el AVE. En ese informe, la Guardia Civil solicitaba, muy sibilinamente, que se pidiera a la Policía información sobre si había sido detectada METENAMINA en los explosivos de Leganés, lo que era una hábil manera de llamar la atención del juez sobre el punto fundamental del engaño.
Después de revisar la documentación obrante en su poder, el juez Del Olmo detectó las contradicciones y solicitó a Sánchez Manzano las clarificaciones oportunas con fecha 5/4/2005.
En su informe de contestación de 20 de abril de 2005, Sánchez Manzano se ve cogido en la tremenda red de engaño tejida en torno a este tema y emprende la huida hacia adelante. Por un lado, reconoce que en la mochila de Vallecas no había METENAMINA, pero la explicación que da para haber dicho que sí la había es que se trata de un "error de transcripción". Un error muy providencial, sí. Ese "error de transcripción" indujo al juez a considerar durante un año, equivocadamente, que todas las muestras se correspondían con el mismo tipo de explosivo. En determinados puestos, y sobre determinados asuntos, uno no puede permitirse semejantes "errores de transcripción".
Goma 2 ECO como la utilizada en los atentados del 11-MA continuación, Sánchez Manzano reconoce que la METENAMINA no forma parte de la composición de la Goma-2 ECO (entonces, ¿por qué dejó, con su primer informe de 16 de marzo de 2004, que el juez creyera que la Goma-2 ECO sí contiene METENAMINA?). Reconocido esto, el jefe de los Tedax se ve forzado a dar una explicación al hecho de que en la muestra patrón de Goma-2 ECO entregada para los análisis sí hubiera METENAMINA. ¿Y cuál es la explicación que da Sánchez Manzano? Pues que "se trata inequívocamente de una sustancia contaminante ajena y extraña a la composición originaria". Peculiar explicación. Lo que Sánchez Manzano nos dice es que la Policía Científica permite que se le contaminen las muestras que se le entregan para su análisis. Y además no se trata de una contaminación cualquiera, sino que "casualmente" se le contaminan muestras de dinamita con componentes de explosivos militares. Si eso fuera así, la conclusión ineludible es que tendrían que tirarse esos análisis a la basura, porque ¿quién nos garantiza que el resto de sustancias detectadas en el análisis no sean también "sustancias contaminantes"?
Pero hay más: ante la pregunta del juez de si la METENAMINA es relevante para identificar el tipo de explosivo, Sánchez Manzano reconoce que se trata de un compuesto utilizado para fabricar ciclonita (que es, recordemos, un explosivo de tipo militar) pero se apresura a añadir que "no es una sustancia explosiva en sí misma" y que de aquí "se deduce que nunca puede ser relevante para la identificación de sustancias explosivas y que por ello en los informes emitidos por esta Unidad... nunca se ha utilizado, mencionado o tenido en cuenta" (sic). Es decir:
1. Por un lado, Sánchez Manzano afirma, con todo desparpajo, que nunca ha "utilizado, mencionado o tenido en cuenta" la METENAMINA en sus informes, porque es irrelevante. ¡Hombre! Teniendo en cuenta que hubo que recurrir a un "error de transcripción" para añadir METENAMINA a una de las muestras y que el juez creyera que todas las muestras de explosivo eran iguales, esa afirmación de Sánchez Manzano resulta un tanto descarada.
2. Por otro lado, el jefe de los Tedax nos está diciendo que un componente de ciertos explosivos de tipo militar "no es relevante" para conocer el explosivo que estalló en los trenes. Muy lógico, si. Supongo que lo que está diciendo es que a él le daba igual qué componentes aparecieran en los análisis, porque al final tenía que decir de todos modos que se trataba de Goma-2 ECO.
Conclusiones
Esta secuencia de informes pone sobre la mesa dos interrogantes fundamentales. Dada la presencia de METENAMINA en la furgoneta de Alcalá, ¿de qué tipo de explosivo se trataba, ya que no puede ser sólo Goma-2 ECO? Todavía más importante: dado que en la Goma-2 ECO no hay METENAMINA, ¿cómo se explica que aparezca ese producto en el fragmento entregado por los Tedax como muestra patrón? ¿Es que ese fragmento de muestra no se extrajo de un cartucho de Goma-2 ECO? ¿Hay alguna otra marca de dinamita donde sí intervenga la METENAMINA como componente?
Furgoneta Renault encontrada en Alcalá de Henares precintada por la Policía Nacional
En cuanto a los explosivos de los trenes y a los que se encontraron en otros escenarios relacionados con la masacre, tratemos de resumir al lector el estado actual de las investigaciones. En los trenes y en la casa de Morata de Tajuña sólo se pudieron detectar en los análisis componentes genéricos de dinamita, por lo que no podemos afirmar con seguridad qué tipo de dinamita se usó para los atentados (es decir, no existen datos analíticos para determinar si lo que estalló en los trenes fue Goma-2, Titadyne u otro tipo de dinamita). De hecho, en dos de los diez focos de explosión de los trenes no se han podido identificar en absoluto componentes de explosivos, como informaba el diario El Mundo hace pocas fechas. En cuanto al extraño artefacto encontrado en las vías del AVE, lo que allí había era Goma-2 ECO pura (como en la mochila de Vallecas).
Lo que sí tenemos claro a estas alturas es que el explosivo de la mochila de Vallecas no coincide con el de la furgoneta de Alcalá, lo que apunta a que una de las dos pistas (en el próximo capítulo veremos cuál) era un mero señuelo.
Y también tenemos clara otra cosa. Pocos aspectos del sumario ilustran tan a la perfección los intentos deliberados de manipulación a que el juez Del Olmo se ha visto sometido desde el mismo día 11 de marzo de 2004. Del Olmo ha tenido que soportar informes manipulados, detenciones absurdas, dilaciones injustificadas en la entrega de información, ocultaciones de datos, falsas atribuciones de responsabilidad a personas inocentes... pero hasta el momento no habíamos podido acreditar de manera tan palmaria una cadena tan estructurada de mentiras como la que este artículo pone de manifiesto.
No son las únicas mentiras de Sánchez Manzano en el tema del 11-M. El jefe de los Tedax faltó a la verdad en la Comisión de Investigación cuando dijo que las mochilas detonadas por los Tedax en las estaciones no habían sido hechas estallar, sino que habían estallado accidentalmente al intentar desactivarlas. No es así: los Tedax procedieron a efectuar detonaciones controladas de los artefactos, como consta en los autos del juez Del Olmo y en las declaraciones de los policías presentes. Sánchez Manzano faltó asimismo a la verdad en sucesivos informes enviados al juez sobre la mochila de Vallecas, en los que le ocultó durante cuatro meses que la mochila no había estallado debido simplemente a que estaba preparada para no estallar, porque desde el mismo día 12 de marzo se disponía de una radiografía que mostraba que había dos cables sin conectar dentro de la mochila.
Todos los lectores recordarán cómo durante aquellas fatídicas jornadas que van del 11 al 14 de marzo de 2004, se acusó hasta la nausea al gobierno popular de mentir a la opinión pública, aduciendo que el gobierno ocultaba que el explosivo utilizado en los atentados era Goma-2, un tipo de dinamita que ETA había dejado de utilizar hacía tiempo.
Pues bien, es verdad que a partir del 11 de marzo hubo mentira y manipulación en el tema de los explosivos, pero el sumario demuestra que quien mintió y manipuló no fue precisamente el ministro Acebes.
En el próximo capítulo: Las miguitas de Pulgarcito
Luis del Pino
4. Una impúdica cadena de mentiras

hasta el momento no habíamos podido acreditar de manera tan palmaria una cadena tan estructurada de mentiras como la que este artículo pone de manifiesto.
LOS ENIGMAS DEL 11-M
El sumario del 11-M pone de manifiesto que el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, manipuló los análisis que la Policía Científica realizó a los explosivos inmediatamente después de los atentados. La manipulación tenía por objeto ocultar que el explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá y el encontrado en la mochila de Vallecas no coincidían.
Mientras que la mochila de Vallecas sólo contenía Goma-2 ECO pura, el fragmento de explosivo hallado en la furgoneta de Alcalá contenía también METENAMINA, que es un componente utilizado en ciertos explosivos de tipo militar, como por ejemplo el T-4 (ciclonita). El engaño fue destapado por la Guardia Civil un año después de la masacre, aunque hasta ahora no había trascendido a la opinión pública.
La ocultación
Existen muchos tipos distintos de dinamita, como por ejemplo Titadyne o Goma-2. Existen también varios subtipos de Goma-2 diferentes, uno de los cuales es la famosa Goma-2 ECO. Todos los tipos y subtipos de dinamita se diferencian por su composición química. En concreto, la Goma-2 ECO se fabrica utilizando cinco componentes: nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo y carbonato cálcico.
Nada más producirse los atentados, se pusieron en marcha los distintos servicios policiales para tratar de esclarecer lo sucedido, entre ellos el servicio de Policía Científica, que se encargó de realizar el análisis químico de los explosivos encontrados. Tras la localización de una milagrosa mochila en Vallecas, la Policía Científica se encontró con la tarea de analizar y comparar tres muestras distintas:
1. Los restos de explosivo que habían sido localizados en la furgoneta de Alcalá.
2. El explosivo encontrado en la mochila de Vallecas.
3. La muestra de Goma-2 ECO que los Tedax entregaron como "muestra patrón".
Antes de que finalizaran esos análisis, el jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, circuló un informe preliminar con fecha 12 de marzo en el que afirmaba textualmente: "En las pruebas analíticas, aún no finalizadas, los resultados obtenidos hasta el momento confirman que [el explosivo de Vallecas] se trata de la misma sustancia que la hallada en la furgoneta Renault ya mencionada, que a su vez se corresponde con la muestra patrón de dinamita Goma-2 ECO". Es decir, las pruebas no han finalizado aún, pero Sánchez Manzano se atreve a asegurar el 12 de marzo que las tres muestras son iguales y que además se trata de Goma-2 ECO.
Debía de tener mucha prisa el jefe de los Tedax, porque le hubiera bastado esperar unas pocas horas para conocer el informe que la Policía Científica emitió ese mismo día, y cuyas conclusiones no confirmaban precisamente lo que Sánchez Manzano había predicho.
El análisis realizado indicaba, efectivamente, que la mochila de Vallecas sólo contenía Goma-2 ECO. Sin embargo, tanto el explosivo de la furgoneta de Alcalá como la "muestra patrón" contenían METENAMINA además de los componentes normales de la Goma-2 ECO.
La importancia de ese hallazgo era tremenda:
1. En primer lugar, la METENAMINA no es un componente de la Goma-2 ECO, pero sí de ciertos explosivos de tipo militar (como por ejemplo la ciclonita, también llamada hexógeno, RDX o T-4), lo que apuntaba a que se hubiera podido utilizar una mezcla de explosivos en el 11-M.
2. En segundo lugar, los análisis demostraban que el explosivo de la mochila de Vallecas tenía diferencias con respecto al encontrado en la furgoneta de Alcalá, lo que viene a confirmar definitivamente las sospechas sobre el origen de la milagrosa mochila y sobre toda la cadena de investigaciones a que condujo su providencial hallazgo.
3. En tercer lugar, un hecho inexplicable: la presencia de METENAMINA en el fragmento que los Tedax entregaron como "muestra patrón" de Goma-2 ECO apunta a la posibilidad de que lo que fuera entregado para el análisis fueran dos fragmentos del mismo explosivo encontrado en la furgoneta, y no una verdadera muestra patrón.
En su informe 173-Q2-04 de 12 de marzo la Policía Científica refleja de forma clara y explícita la diferencia entre las tres muestras, indicando que las tres muestras son coincidentes "excepto en lo concerniente a la METENAMINA", que no aparece en el análisis efectuado al explosivo de la mochila de Vallecas. Estos resultados de los análisis fueron cuidadosamente ocultados a una opinión pública que tenía que enfrentarse, dos días después, a una crucial cita electoral.
Mochila encontrada en el tren que hizo explosión en la estación de El PozoLa manipulación
Pero a quien no podía dejarse de informar es al juez, y a partir de este momento comienza la cadena de manipulaciones. En el informe remitido al juez por Sánchez Manzano el 16 de marzo el jefe de los Tedax afirmaba que el explosivo de la furgoneta, el explosivo de Vallecas y la muestra patrón de Goma-2 ECO son iguales, y enumera los componentes para el juez: nitrocelulosa, nitroglicol, nitrato amónico, ftalato de dibutilo, METENAMINA y carbonato cálcico. En otras palabras, Sánchez Manzano le añade por su cuenta al explosivo de Vallecas la METENAMINA que le faltaba.
Con ese informe, Sánchez Manzano efectúa una doble manipulación: por un lado, le oculta al juez que la Policía Científica había encontrado diferencias entre las muestras, mientras que por otro le hace creer a Del Olmo que la METENAMINA es un componente de la Goma-2 ECO, con lo que se evitaban incómodas preguntas sobre posibles explosivos de tipo militar.
Gracias a esa doble manipulación, la verdad oficial fue convenientemente apuntalada ante la opinión pública y ante el juez. A partir de ese momento, todo el mundo daría ya por supuesto que el explosivo utilizado en los atentados era Goma-2 ECO. De hecho, los informes posteriores de Sánchez Manzano al juez ya sólo mencionan el nombre de dicho subtipo de dinamita, sin entrar en peligrosas explicaciones sobre la composición química de las muestras encontradas en la mochila y en la furgoneta.
La huida hacia adelante
Esta manipulación tenía que terminar por descubrirse antes o después, y así fue, aunque para ello tuvo que transcurrir un año. La primera señal de alarma saltaría en enero de 2005, al recibir el juez un informe de la Guardia Civil relativo a una serie de cartuchos de dinamita recogidos en Asturias. El análisis de los cartuchos de Goma-2 ECO arrojaba la presencia de los cinco productos normales que componen dicho explosivo. Por supuesto, no aparecía la METENAMINA por ninguna parte.
Para remachar la jugada, el juez Del Olmo recibía el 21 de marzo de 2005 un informe elaborado por la Comandancia de Toledo de la Guardia Civil, encargada de investigar el atentado fallido en el AVE. En ese informe, la Guardia Civil solicitaba, muy sibilinamente, que se pidiera a la Policía información sobre si había sido detectada METENAMINA en los explosivos de Leganés, lo que era una hábil manera de llamar la atención del juez sobre el punto fundamental del engaño.
Después de revisar la documentación obrante en su poder, el juez Del Olmo detectó las contradicciones y solicitó a Sánchez Manzano las clarificaciones oportunas con fecha 5/4/2005.
En su informe de contestación de 20 de abril de 2005, Sánchez Manzano se ve cogido en la tremenda red de engaño tejida en torno a este tema y emprende la huida hacia adelante. Por un lado, reconoce que en la mochila de Vallecas no había METENAMINA, pero la explicación que da para haber dicho que sí la había es que se trata de un "error de transcripción". Un error muy providencial, sí. Ese "error de transcripción" indujo al juez a considerar durante un año, equivocadamente, que todas las muestras se correspondían con el mismo tipo de explosivo. En determinados puestos, y sobre determinados asuntos, uno no puede permitirse semejantes "errores de transcripción".
Goma 2 ECO como la utilizada en los atentados del 11-MA continuación, Sánchez Manzano reconoce que la METENAMINA no forma parte de la composición de la Goma-2 ECO (entonces, ¿por qué dejó, con su primer informe de 16 de marzo de 2004, que el juez creyera que la Goma-2 ECO sí contiene METENAMINA?). Reconocido esto, el jefe de los Tedax se ve forzado a dar una explicación al hecho de que en la muestra patrón de Goma-2 ECO entregada para los análisis sí hubiera METENAMINA. ¿Y cuál es la explicación que da Sánchez Manzano? Pues que "se trata inequívocamente de una sustancia contaminante ajena y extraña a la composición originaria". Peculiar explicación. Lo que Sánchez Manzano nos dice es que la Policía Científica permite que se le contaminen las muestras que se le entregan para su análisis. Y además no se trata de una contaminación cualquiera, sino que "casualmente" se le contaminan muestras de dinamita con componentes de explosivos militares. Si eso fuera así, la conclusión ineludible es que tendrían que tirarse esos análisis a la basura, porque ¿quién nos garantiza que el resto de sustancias detectadas en el análisis no sean también "sustancias contaminantes"?
Pero hay más: ante la pregunta del juez de si la METENAMINA es relevante para identificar el tipo de explosivo, Sánchez Manzano reconoce que se trata de un compuesto utilizado para fabricar ciclonita (que es, recordemos, un explosivo de tipo militar) pero se apresura a añadir que "no es una sustancia explosiva en sí misma" y que de aquí "se deduce que nunca puede ser relevante para la identificación de sustancias explosivas y que por ello en los informes emitidos por esta Unidad... nunca se ha utilizado, mencionado o tenido en cuenta" (sic). Es decir:
1. Por un lado, Sánchez Manzano afirma, con todo desparpajo, que nunca ha "utilizado, mencionado o tenido en cuenta" la METENAMINA en sus informes, porque es irrelevante. ¡Hombre! Teniendo en cuenta que hubo que recurrir a un "error de transcripción" para añadir METENAMINA a una de las muestras y que el juez creyera que todas las muestras de explosivo eran iguales, esa afirmación de Sánchez Manzano resulta un tanto descarada.
2. Por otro lado, el jefe de los Tedax nos está diciendo que un componente de ciertos explosivos de tipo militar "no es relevante" para conocer el explosivo que estalló en los trenes. Muy lógico, si. Supongo que lo que está diciendo es que a él le daba igual qué componentes aparecieran en los análisis, porque al final tenía que decir de todos modos que se trataba de Goma-2 ECO.
Conclusiones
Esta secuencia de informes pone sobre la mesa dos interrogantes fundamentales. Dada la presencia de METENAMINA en la furgoneta de Alcalá, ¿de qué tipo de explosivo se trataba, ya que no puede ser sólo Goma-2 ECO? Todavía más importante: dado que en la Goma-2 ECO no hay METENAMINA, ¿cómo se explica que aparezca ese producto en el fragmento entregado por los Tedax como muestra patrón? ¿Es que ese fragmento de muestra no se extrajo de un cartucho de Goma-2 ECO? ¿Hay alguna otra marca de dinamita donde sí intervenga la METENAMINA como componente?
Furgoneta Renault encontrada en Alcalá de Henares precintada por la Policía Nacional
En cuanto a los explosivos de los trenes y a los que se encontraron en otros escenarios relacionados con la masacre, tratemos de resumir al lector el estado actual de las investigaciones. En los trenes y en la casa de Morata de Tajuña sólo se pudieron detectar en los análisis componentes genéricos de dinamita, por lo que no podemos afirmar con seguridad qué tipo de dinamita se usó para los atentados (es decir, no existen datos analíticos para determinar si lo que estalló en los trenes fue Goma-2, Titadyne u otro tipo de dinamita). De hecho, en dos de los diez focos de explosión de los trenes no se han podido identificar en absoluto componentes de explosivos, como informaba el diario El Mundo hace pocas fechas. En cuanto al extraño artefacto encontrado en las vías del AVE, lo que allí había era Goma-2 ECO pura (como en la mochila de Vallecas).
Lo que sí tenemos claro a estas alturas es que el explosivo de la mochila de Vallecas no coincide con el de la furgoneta de Alcalá, lo que apunta a que una de las dos pistas (en el próximo capítulo veremos cuál) era un mero señuelo.
Y también tenemos clara otra cosa. Pocos aspectos del sumario ilustran tan a la perfección los intentos deliberados de manipulación a que el juez Del Olmo se ha visto sometido desde el mismo día 11 de marzo de 2004. Del Olmo ha tenido que soportar informes manipulados, detenciones absurdas, dilaciones injustificadas en la entrega de información, ocultaciones de datos, falsas atribuciones de responsabilidad a personas inocentes... pero hasta el momento no habíamos podido acreditar de manera tan palmaria una cadena tan estructurada de mentiras como la que este artículo pone de manifiesto.
No son las únicas mentiras de Sánchez Manzano en el tema del 11-M. El jefe de los Tedax faltó a la verdad en la Comisión de Investigación cuando dijo que las mochilas detonadas por los Tedax en las estaciones no habían sido hechas estallar, sino que habían estallado accidentalmente al intentar desactivarlas. No es así: los Tedax procedieron a efectuar detonaciones controladas de los artefactos, como consta en los autos del juez Del Olmo y en las declaraciones de los policías presentes. Sánchez Manzano faltó asimismo a la verdad en sucesivos informes enviados al juez sobre la mochila de Vallecas, en los que le ocultó durante cuatro meses que la mochila no había estallado debido simplemente a que estaba preparada para no estallar, porque desde el mismo día 12 de marzo se disponía de una radiografía que mostraba que había dos cables sin conectar dentro de la mochila.
Todos los lectores recordarán cómo durante aquellas fatídicas jornadas que van del 11 al 14 de marzo de 2004, se acusó hasta la nausea al gobierno popular de mentir a la opinión pública, aduciendo que el gobierno ocultaba que el explosivo utilizado en los atentados era Goma-2, un tipo de dinamita que ETA había dejado de utilizar hacía tiempo.
Pues bien, es verdad que a partir del 11 de marzo hubo mentira y manipulación en el tema de los explosivos, pero el sumario demuestra que quien mintió y manipuló no fue precisamente el ministro Acebes.
En el próximo capítulo: Las miguitas de Pulgarcito

3. ¿Participó ETA en el 11-M?

Luis del Pino
"...de entre todos los posibles sospechosos de haber contratado a los mercenarios que colocaron las bombas en los trenes, ETA es el único que no tenía nada que perder con la operación y sí mucho que ganar"

LOS ENIGMAS DEL 11-M

El 31 de diciembre de 2003, el jefe de la trama mercenaria del 11-M, Jamal Ahmidan (El Chino), entró en el bar Txikia de Bilbao, se dirigió a donde se encontraba sentado Larbi Raichi y le descerrajó un tiro en la rodilla, por una deuda de narcotráfico. Este episodio ilustra a la perfección dos hechos distintos: en primer lugar, que el principal responsable de la colocación de las bombas del 11-M era en realidad un vulgar camello que nada tiene que ver con las redes integristas islámicas. En segundo lugar, que El Chino se movía a sus anchas por los bajos fondos de Bilbao y San Sebastián, ciudades ambas a las que viajaba con frecuencia (según cinco testigos distintos) para llevar a cabo sus negocios.
Cualquiera que conozca el País vasco sabe que nada se mueve en el submundo de la droga sin que ETA tenga constancia y sin que ETA lo controle y autorice, especialmente desde que hace ya años la banda terrorista asesinara a diversos traficantes "díscolos". ¿Quién protegía en el País Vasco las actividades de El Chino?

Jorge Dezcallar en la Comisión Parlamentaria sobre el 11-M. Un falso debate
En su comparecencia ante la Comisión del 11-M, el ex-director del CNI, Jorge Dezcallar, hizo una afirmación que determinados medios de comunicación amplificaron hasta la saciedad: "ETA y Al Qaeda no pueden colaborar, porque son como el agua y el aceite". Es una afirmación muy contundente, pero vacía de contenido. También la Alemania de Hitler y la Rusia de Stalin eran como el agua y el aceite, lo que no fue obstáculo para que ocuparan Polonia al alimón. Porque el ser tan distintos no les impedía compartir un mismo planteamiento estratégico (su desprecio por las democracias liberales occidentales) ni determinados intereses tácticos (ampliar su territorio a costa del débil vecino polaco).
De la misma manera, es completamente cierto que existen enormes diferencias ideológicas y políticas entre ETA y Al Qaeda, pero eso no les impide compartir unos mismos planteamientos estratégicos (un antiamericanismo y antiliberalismo feroces) ni compartir coyunturalmente unos mismos enemigos (por ejemplo, la España de Aznar).
Las diferencias existentes entre ETA y Al Qaeda no nos dicen nada sobre si han colaborado o no, y las pruebas demuestran que ETA ha tenido, tiene y seguirá teniendo contactos numerosos, continuados e intensos con el mundo islámico. Los grupos terroristas comparten unos mismos circuitos de aprovisionamiento y eso hace que entren en contacto grupos que, en principio, nada tienen que ver entre sí. Existe constancia de operaciones cruzadas de venta de explosivos y misiles entre ETA y grupos terroristas islámicos y existe también constancia de la presencia de etarras en campos de entrenamiento de Afganistán durante el régimen de los talibanes.
Sin necesidad de remontarnos a los tiempos en que los etarras vivían y se entrenaban en lugares como Argelia, el antiamericanismo esencial que profesan es el que movió al entorno de ETA a enviar cinco grupos de brigadistas batasunos a Irak en vísperas de la invasión americana. Contamos, asimismo, con numerosas cartas intercambiadas por presos etarras e islamistas, llenas de consideraciones sobre el mejor modo de atacar al gobierno español. Agua y aceite, sí, pero con unos mismos intereses. Es posible que sus dioses sean distintos, pero comparten idénticos demonios. Un ejemplo de esa "permeabilidad ideológica" debida a la existencia de un enemigo común lo constituye Yusuf Galán, que de interventor de Herri Batasuna pasó a militar en las redes terroristas islámicas vinculadas a la trama española del 11-S.
Pero, de todos modos, todo este debate es un debate falso, porque nada tiene que ver con el 11-M. El que ETA y Al Qaeda hayan colaborado alguna vez es irrelevante para conocer quién organizó la masacre de Madrid. No sabemos si ETA contrató a los mercenarios que colocaron las mochilas-bomba, pero de lo que sí estamos seguros (como se ha puesto de manifiesto en capítulos anteriores) es de que no los contrató Al Qaeda.
Así pues, centrémonos en la pregunta fundamental: ¿tuvo ETA algún conocimiento o participación en los atentados del 11-M?
La sombra de ETA
En su comparecencia ante la Comisión 11-M, Rodríguez Zapatero aseguró vehementemente que todas las investigaciones realizadas apuntaban a que la responsabilidad del 11-M correspondía en exclusiva a terroristas islámicos. Esta afirmación es, a la vez, falsa e incompleta. Es falsa porque ya hemos visto que la ejecución material de los atentados correspondió a mercenarios, no a integristas, y porque en el sumario sí hay indicios numerosos que apuntan a conexiones con el mundo de ETA. Y es incompleta porque Rodríguez Zapatero hubiera debido añadir que ni a las fuerzas de seguridad ni al ministerio fiscal se les ha dejado tirar de esos hilos que apuntan a la banda ETA, quizá porque el ovillo que hay al otro extremo resulta demasiado incómodo.
Para empezar, ya el mismo día 12 de marzo de 2004 dos testigos distintos afirmaron haber visto a la etarra Josune Oña en Madrid. El día 13, otro testigo afirmaba haber presenciado una reunión en un bar a mediados de febrero entre el etarra Asier Eceiza y una persona de origen árabe bien conocida como traficante dentro del barrio. Suponemos que la Policía descartó estos testimonios por considerarlos poco sólidos, pero resulta sorprendente, por ejemplo, que no conste en el sumario si se han enseñado a este último testigo las fotos de los traficantes de origen árabe implicados en la trama.
El sumario pone también de manifiesto que varios de los principales implicados habían residido o residían en el País Vasco: Basel Gayoun, uno de los miembros del núcleo duro de la C/ Virgen del Coro, residió en San Sebastián y Oyarzun; Jamal Ahmidan El Chino, en San Sebastián; Adnan Waki, otro de los miembros del núcleo duro, residía en Irún, donde compartía piso con tres argelinos que vivían de algún tipo de subvención del gobierno vasco.
Los seguimientos telefónicos también arrojan datos interesantes. El Chino realizó un viaje relámpago a Pamplona inmediatamente después del 11-M. La pista de uno de los terroristas huidos tras los atentados (Daoud Ouhnane) se pierde el 12 de marzo en Corella (Navarra). Los hermanos Chergui viajan a Olaberría (Guipúzcoa) poco después del estallido del piso de Leganés. Asimismo, la intervención del teléfono de Lofti Sbai (uno de los miembros del grupo de El Chino) permitió interceptar diversas conversaciones con un misterioso personaje español que se hace llamar José y que en un momento determinado le comenta a Lofti que tiene que ir a Navarra y el País Vasco "por tema político".
Todos estos datos no significan por sí mismos nada de nada; pero cuando los completamos con la información de que los hampones mercenarios del 11-M se sentían tan cómodos en Bilbao y San Sebastián como para entrar en un bar y pegarle un tiro en la pierna a un presunto deudor, esa extraña "predilección" que muestran los implicados en la trama por el País Vasco adquiere una nueva dimensión. Y esa dimensión se agranda cuando constatamos otro inquietante punto de unión: Moutaz Almallah (presunto líder del núcleo duro del 11-M) fue compañero de piso del batasuno Yusuf Galán.
Es posible que se trate de meras casualidades, pero sería cuando menos interesante saber quién "protegía" las actividades delictivas de El Chino en aquella zona y qué información sobre el 11-M pudieron compartir Yusuf Galán y Moutaz Almallah, o sus círculos de allegados.
El extraño viaje
Diversos medios de comunicación se han hecho eco de otras "casualidades" que nadie ha querido investigar:
- Las palabras captadas a Josu Ternera en el aeropuerto de Francfort pocas semanas antes de los atentados: "Se van a enterar los españoles de lo que somos capaces". ¿Se refería al 11 de marzo? Curiosamente, al informador que captó aquella conversación parece habérselo tragado la tierra, de acuerdo con nuestras noticias.
- Los papeles distribuidos en el casco viejo de San Sebastián el día 10 de marzo de 2004 en los que el entorno de ETA instaba a boicotear a Renfe durante la campaña electoral. ¿Un aviso a los miembros de su entorno para que no tomaran trenes hasta el 14 de marzo?
- La aparición en la celda de Abdelkrim Beresmail (el lugarteniente de Allekema Lamari con el que departía Fernando Huarte) de los teléfonos de Henri Parot y Harriet Iragui, dos sanguinarios etarras, y de la fórmula de la cloratita, el explosivo utilizado por ETA habitualmente.
- El robo de un coche por parte de ETA en el callejón de Emilio Suárez Trashorras, coche con el que atentaría en Santander utilizando un explosivo de tipo dinamita cuya marca no ha podido ser determinada ¿Era quizá Goma-2 ECO?
Con respecto a este último punto, Rodríguez Zapatero atribuyó todo el episodio a la mera casualidad. Esa explicación podría quizá valer (¡aunque es mucha casualidad, caramba!) si los etarras hubieran robado un coche cualquiera. Pero los etarras que robaron aquel coche ya traían las matrículas preparadas para doblarlo, lo que implica necesariamente que buscaban un coche de una marca y modelo determinados. Que encontraran aquel preciso modelo de coche en aquel preciso callejón ya excede la simple casualidad para convertirse en una coincidencia asombrosa.
Pero la "casualidad" más inquietante de toda esta historia es la que afecta a la simultaneidad temporal de las dos caravanas de la muerte. Para el actual gobierno, el que la caravana etarra interceptada en Cañaveras saliera con menos de 24 horas de diferencia con respecto a la que bajaba de Asturias y el que ambas caravanas siguieran rutas paralelas obedece, asimismo, a la casualidad.
Sin embargo, hay muchas cosas que no cuadran en aquel transporte desde Asturias. Por poner sólo un ejemplo (aunque tendremos oportunidad de hablar más de ese viaje en los próximos capítulos), aquel fin de semana del 28 de febrero de 2004 cayeron en la mitad norte de la península unas impresionantes nevadas, que atraparon a miles de conductores en Burgos y obligaron al gobierno vasco a cerrar las carreteras de la comunidad autónoma a la circulación de vehículos pesados. ¿Por qué los marroquíes renunciaron a bajar desde Avilés a Madrid por autopista y se dirigen en su lugar desde Avilés hacia Torrelavega por la costa, bajando luego a Madrid por la N-I? Es decir, ¿por qué eligieron un camino mucho más largo, adentrándose en el temporal y arriesgándose a que se les quedara atrapado en la nieve un coche cargado de explosivos? Nadie hace eso sin una poderosa razón. ¿Era la caravana de ETA un mero señuelo, destinado a que pasara la otra? ¿Pretendían dirigirse a Bilbao y se vieron forzados a torcer hacia Madrid por el temporal? ¿Torcieron hacia Madrid porque alguien les avisó de que la otra caravana había sido interceptada? Descartar de un plumazo todos esos interrogantes atribuyéndolo todo a la mera casualidad es inaceptable, a menos que uno quiera cerrar a toda costa el paso a cualquier investigación que pueda conducir a ETA.
Presos etarras y musulmanes en prisiónConclusiones
Si en el capítulo anterior decíamos que es prácticamente imposible que Al Qaeda contratara a los mercenarios que colocaron las mochilas, en el caso de ETA la respuesta no está tan clara. En vísperas de las elecciones, ETA estaba derrotada. Acosada policial y judicialmente, asfixiada desde el punto de vista económico, sin capacidad ya de convocatoria, su desaparición era cuestión de tiempo. Los únicos caminos posibles eran el abandono de las armas o emprender una huida hacia adelante con atentados masivos, que hubiera terminado por hacer de ETA un nuevo IRA-Auténtico. Otra victoria del Partido Popular hubiera sentenciado definitivamente a la banda y lo único que podía salvarla del desastre era un cambio de gobierno.
De hecho, el comportamiento de ETA en las semanas previas al atentado resulta inexplicable sin la masacre del 11-M. Si ETA hubiera querido tender un cebo para que el gobierno del PP picara el anzuelo, no habría podido encontrar nada mejor que el esperpéntico intento de atentado en Chamartín y la esperpéntica caravana detenida en Cañaveras, con un mapa en el que aparecía señalado el Corredor del Henares. Ambas operaciones fueron encargadas a etarras sin experiencia y ambas estaban tan chapuceramente organizadas que parece como si ETA hubiera enviado a ambos comandos únicamente para dejarse coger. En otras palabras: ambas operaciones parecen pensadas para que el gobierno del PP responsabilizara inmediatamente a ETA de la masacre de Madrid unos días después.
¿Fueron etarras los que colocaron las mochilas en los trenes? Según los datos que tenemos, no. ¿Participaron etarras en la logística de los atentados? No lo sabemos, pero hay extrañas casualidades que alguien nos debería aclarar. ¿Fue ETA quien realizó la contratación de los mercenarios? No tenemos datos que permitan demostrarlo, así que a lo mejor no lo hizo. Pero atribuir de nuevo a la simple casualidad los cebos tendidos por ETA en las semanas previas al atentado es cerrar los ojos a una de las pocas realidades incuestionables de todo el asunto 11-M: de entre todos los posibles sospechosos de haber contratado a los mercenarios que colocaron las bombas en los trenes, ETA es el único que no tenía nada que perder con la operación y sí mucho que ganar. Como los hechos posteriores han demostrado.
No sabemos si ETA es la responsable última del 11-M, pero sí nos consta que el gobierno ha hecho lo indecible porque no se investigue el papel que ETA jugó. Y para evitar que la opinión pública o el juez pusieran en duda la versión oficial, el gobierno no ha dudado ni siquiera en ocultar y manipular información fundamental sobre los atentados, como tendremos ocasión de comprobar en el artículo siguiente.
En el próximo capítulo: Una impúdica cadena de mentiras

2. ¿Participó Al-Qaeda en los atentados del 11-M?

Luis del Pino

"En un tema como el del 11-M, donde los enigmas son mucho más numerosos que las certezas, una de las pocas cosas que ha estado clara desde el principio es que no se trató de un atentado de Al-Qaeda como tal."

En el capítulo anterior nos preguntábamos quién contrató a los mercenarios que murieron en Leganés. ¿Fue Al-Qaeda, como sostiene la versión oficial, quien les reclutó y les encargó el atentado? Curiosamente, ésta es una de las pocas preguntas para la que disponemos de una respuesta plausible, y esa respuesta no corrobora precisamente la versión oficial. En un tema como el del 11-M, donde los enigmas son mucho más numerosos que las certezas, una de las pocas cosas que ha estado clara desde el principio es que no se trató de un atentado de Al-Qaeda como tal, por mucho que algunos se empeñaran en sostener lo contrario. El atentado del pasado 7-J en Londres ha vuelto a plantear ante la opinión pública, para consternación del gobierno, el debate sobre quién ideó los atentados de Madrid, porque las diferencias entre ambos atentados son tan evidentes que resulta difícil pasarlas por alto. En realidad, el 11-M difiere no sólo del de Londres, sino de todos los atentados realizados por Al-Qaeda anterior y posteriormente. Son varios los aspectos que diferencian al de Madrid de todos los demás ataques reivindicados por esa organización terrorista:
1) La inexistencia de terroristas suicidas
¿Por qué Al-Qaeda, que ha utilizado terroristas suicidas en Nueva York, en Casablanca, en Pakistán, en Túnez, en Yemen, en Londres... iba a actuar de forma distinta en Madrid? Éste es uno de los aspectos más chocantes del 11-M. Al-Qaeda utiliza comandos formados por personas enormemente fanatizadas, convencidas de que tras el atentado suicida accederán al Paraíso. ¿Por qué en España iba a cambiar Al-Qaeda su modus operandi, utilizando terroristas no suicidas? Desde determinados medios de comunicación se difundió el 11-M, de hecho, la falsedad de que había suicidas en los trenes precisamente porque ese indicio es el que hubiera certificado con más fiabilidad la participación de Al-Qaeda. Pero en los trenes no había suicidas.
2) La participación de personas no musulmanas
En España, a diferencia de lo que ha sucedido en todos los atentados de Al-Qaeda, los terroristas utilizaron a españoles (la trama asturiana) para aprovisionarse de explosivos. No resulta comprensible. Los terroristas de Al-Qaeda, fanáticos integristas, no recurren jamás a una persona no musulmana para organizar un atentado, por la simple razón de que no se fían de quien no comparta sus mismos planteamientos religiosos extremistas, y mucho menos iban a fiarse de un "cristiano". Y eso nos indica, precisamente, que quien atentó en España no tenía los escrúpulos de carácter ideológico y religioso que caracterizan a los terroristas de Al-Qaeda. Si eran integristas quienes encargaron los atentados, eran unos integristas muy peculiares.
Rafá Zouhier3) La presencia de confidentes policiales
En los atentados de Madrid, la trama entera está cuajada de personas vinculadas a las fuerzas de seguridad. El número de confidentes de la Policía, de la Guardia Civil o de algún servicio de inteligencia presuntamente implicados en la trama es enorme: Antonio Toro, Carmen Toro, Suárez Trashorras, Rafa Zouhier, ... A ellos se unen otros confidentes que, sin estar implicados en la trama, avisaron de lo que se preparaba cuando tuvieron conocimiento de ello: Lavandera, el libanés Joe, el imán Cartagena, ... Para terminar, los teléfonos supuestamente utilizados en las mochilas bomba fueron liberados en la tienda de un policía español de origen sirio, Maussili Kalaji, que tenía (una de las muchas "casualidades" del 11-M) relación con los miembros del comando de Virgen del Coro. ¿Puede alguien seriamente sostener que Al-Qaeda, especializada en la ejecución de ataques suicidas por sorpresa, montó esta trama donde a cada paso que damos aparece un nuevo confidente, sin vinculación ninguna con el integrismo? Si Al-Qaeda actuara de una manera tan permeable a las infiltraciones, hace tiempo ya que los servicios secretos americanos tendrían a Osama Ben Laden en una celda de Guantánamo.
4) La utilización de delincuentes mercenarios
¿Cómo es posible que en Madrid se utilizara, para cometer el atentado, a un conjunto de delincuentes de poca monta (los suicidas de Leganés), cuando Al-Qaeda nunca emplea a gente del hampa, por los riesgos que conlleva? Dejando aparte la probabilidad (certificada en el caso de Madrid) de tropezarse con un confidente, la utilización de delincuentes comunes pone en riesgo cualquier operación. Sabemos, por ejemplo, que El Chino participó en un ajuste de cuentas por droga en diciembre de 2003, pegándole un tiro en la pierna a un presunto traficante en Bilbao. ¿Iba Al-Qaeda Jamal Ahmidan, conocido como el Chino, delincuente habitual antes de verse involucrado en la masacre del 11-Ma utilizar a un sujeto como El Chino para organizar el atentado, sabiendo que le pueden detener en cualquier momento y que puede comprar un trato favorable de la Policía a cambio de contar lo que sabe de un futuro atentado integrista? Hace escasos días, los medios de comunicación nos contaban cómo un semanario iraní había reclutado decenas de miles de voluntarios para realizar atentados suicidas. Sin embargo, en Madrid se contrata a vulgares camellos para cometer los atentados. ¿Alguien puede seriamente sostener la hipótesis de que fue Al-Qaeda (a quien le sobran fanáticos suicidas) quien contrató a esos hampones mercenarios?
5) La finalidad electoral de los atentados
Al-Qaeda es una organización para quien poca diferencia existe entre unos partidos políticos occidentales y otros. Todos ellos son, a ojos de Al-Qaeda, representantes de ese poder occidental decadente que pretenden destruir. A Osama Ben Laden le importa poco quién gobierne en un país, y la mejor demostración es la elección de fechas para el atentado de Londres. En lugar de atentar unas semanas antes, en plena campaña electoral británica, Al-Qaeda seleccionó una fecha para el atentado con mucha más repercusión internacional, en plena reunión del G8 en Escocia. Porque Al-Qaeda pretende crear una sensación indiscriminada de terror, no inmiscuirse en unas luchas políticas que, en el fondo, desprecia. Sin embargo, los atentados de Madrid perseguían influir decisivamente en un resultado electoral y estaban dirigidos a provocar la salida del PP del gobierno, lo que nos indica que la motivación de quienes concibieron el 11-M era mucho más "cercana" a la mentalidad occidental, para quien esas luchas políticas sí tienen sentido.
6) Los detalles logísticos
Los terroristas de Al-Qaeda no corren nunca riesgos innecesarios que puedan poner en peligro su misión. Si necesitan un coche, lo compran o lo alquilan, pero nunca se les ocurriría robarlo, porque cualquier casualidad (por ejemplo un control rutinario de la Policía) podría dar al traste con toda la operación. En Londres, los terroristas alquilaron el vehículo en el que se desplazaron hasta la estación donde tomaron el tren; en Estados Unidos, gastaron el dinero a espuertas para todo aquello que necesitaron, desde clases de vuelo hasta alquileres de pisos y de vehículos. De la misma manera, los terroristas londinenses fabricaron sus propios explosivos utilizando fórmulas químicas fáciles de encontrar en numerosas webs radicales islámicas y empleando compuestos de fácil adquisición en los comercios, porque es ésta una forma de conseguir explosivos mucho menos arriesgada que tratar de introducirlos en Inglaterra desde el exterior o que adquirirlos a algún delincuente local. Sin La furgoneta encontrada en Alcalá de Henaresembargo, en España, los terroristas adquirieron los explosivos a suministradores locales no musulmanes que, además, eran confidentes de las fuerzas de seguridad. No contentos con eso, transportaron los explosivos desde Asturias en un coche robado, con placas de matrícula dobladas y llevando documentación falsificada, arriesgándose a que la Guardia Civil pudiera pararles en cualquier momento por simple casualidad (como así sucedió, aunque inexplicablemente los terroristas pudieron seguir su viaje). De nuevo, una manera de actuar que no se corresponde con el comportamiento habitual de Al-Qaeda.
7) La desinformación
Si algo sorprende en el atentado de Londres, al compararlo con el de Madrid, es la perfecta claridad de lo sucedido. Sabemos ya, con un alto grado de precisión, quiénes pusieron las bombas, cómo llegaron hasta sus objetivos, qué explosivos utilizaron, cómo los fabricaron. En España, no sabemos quién puso la bombas en los trenes, ignoramos cuál era la composición de las bombas, carecemos de datos sobre cómo llegaron los terroristas a Alcalá, tenemos dudas sobre cómo pudieron obtenerse los explosivos, ... y esto después de diecisiete meses de investigaciones policiales, judiciales y periodísticas. Y la razón de que no sepamos nada de nada es que, en cuanto se produjeron los atentados, se puso en marcha una campaña de desinformación que quienes idearon la masacre habían previsto hasta en sus mínimos detalles: furgonetas llamativas, oportunas cintas coránicas, mochilas bomba que aparecen por ensalmo, pistas que conducen a personas que son detenidas en plena jornada de reflexión para luego ser puestas en libertad a las pocas semanas, ... Quien ideó el atentado no se limitó a planificar la masacre, sino que también urdió cuidadosamente el conjunto de cortinas de humo que pudieran dirigir rápidamente a la opinión pública y al juez en la dirección que hacía falta. Ese dominio de las técnicas de desinformación no apunta precisamente a Al-Qaeda, sino a otro tipo de elementos para quienes esas técnicas son sólo parte de su arsenal de herramientas cotidianas de trabajo.
¿Qué fue lo que sucedió en Madrid?
Es poco todavía lo que sabemos de los atentados de Madrid. Como ya apuntábamos en el capítulo anterior, ignoramos incluso qué explosivos se utilizaron en los trenes. Pero el atentado de Londres ha resaltado todavía con más fuerza una de esas pocas cosas de las que podemos estar seguros: que el primer sorprendido al recibir las noticias de España el día 11 de marzo fue, seguramente, el propio Ben Laden.
Eso no quiere decir que no hubiera participación de elementos integristas en el atentado de Madrid. Por supuesto que la hubo. Está constatado que algunos de los participantes en la trama (concretamente, varios de los miembros del comando de la C/ Virgen del Coro) pertenecían a círculos más o menos conectados con la periferia de Al-Qaeda, personas dedicadas al reclutamiento, a la recaudación de fondos y al soporte genérico a las actividades de dicha organización terrorista. Pero las evidencias apuntan a que esos elementos integristas no actuaron al dictado de la dirección de Al-Qaeda, sino que fueron convenientemente manipulados (y utilizados) desde otras instancias que contaban con un grado de conocimiento de la realidad política española y de las posibles reacciones de la opinión pública ante los atentados mucho mayor del que Ben Laden pudiera llegar jamás a tener.
Próximo capítulo: ¿Participó ETA en el 11-M?

No utilice acentos en la búsqueda
Búsqueda personalizada